Entrevista a Pedro Arilla, diseñador tipográfico en Fontsmith
❖ ¡Hola Pedro! Para quien no te conozca, ¿podrías explicarnos un poco de tu historia?
Hola, Cris. Hagamos esto rápido e indoloro: soy diseñador de tipos y tipógrafo. Trabajo en Fontsmith, en Londres. Diseño tipografías, pero también imparto workshops, he hablado en conferencias y escrito en blogs y revistas. Obtuve una Distinction en el prestigioso MA Typeface Design de la Universidad de Reading, edito una de las más conocidas publicaciones en español sobre tipografía (Don Serifa, ahora un newsletter quincenal pero anteriormente blog y podcast), organizo e imparto un curso internacional de tipografía (Glíglifo, junto a Damià Rotger), y tengo un pequeño taller de imprenta, cientos de libros y un perro llamado Bunbury.
❖ ¿Cuál es tu formación/experiencia y cómo llegaste al mundo de la tipografía y el diseño?
En mi adolescencia maqueaba con una fotocopiadora la revista del instituto y trabajaba los veranos en la carpintería de mi padre.
Luego me hice los tres primeros cursos de Ingeniera Superior en Informática hasta que me armé de valor y dejé la carrera. De ahí pase a la Diplomatura en Diseño Gráfico. He trabajado de camarero, vendedor informático, programador, diseñador web, diseñador de branding y diseñador de periódicos. Una vez que había conseguido llegar a donde quería, lo dejé todo y con un amigo abrimos nuestro propio estudio.
Durante todo este tiempo he compaginado cualquier actividad con la tipografía. Primero como observador, luego con caracteres y palabras, más tarde de una forma muy amateur y finalmente como una vocación obsesiva e imparable de profesionalizarme. Cuando me sentí totalmente preparado, lo volví a dejar todo y me vine al Reino Unido a estudiar el MA Typeface Design en la Universidad de Reading. Después de un año absorbiendo tipografía, comencé a trabajar en Fontsmith.
❖ ¿Cómo es trabajar en Fontsmith? ¿De qué estás más orgulloso?
Fontsmith es una de las mejores fundiciones del mundo, trabajamos en proyectos de gran envergadura, editamos una revista, creamos tendencias tipográficas y exprimimos las posibilidades tecnológicas. Todo ello manteniendo una estructura muy pequeña. Este cóctel hace que trabajar aquí sea una tarea exigente y rigurosa; pero también que tu opinión sea parte de algo más grande y que te sientas que estás donde suceden las cosas.
Siendo más concreto, trabajar en Fontsmith es trabajar en una máquina bien engrasada. Están muy bien definidos los procesos, los controles de calidad y los diferentes roles en una estructura casi horizontal. Cada uno de los detalles en torno a la tipografía (reuniones con clientes, conceptualización, parte técnica, campaña de lanzamiento, etcétera) ha sido pensado cuidadosamente, planeado y optimizado. Es decir, cada etapa ha sido diseñada. Sumergirte en una cultura así y aprender de ella es lo que me resulta más gratificante.
No sé si «orgullo» es una palabra que me guste pero sí es verdad que estoy muy feliz de haber llegado hasta aquí y de aportar en mi día a día. Sin embargo, pienso que no ha sido más que una sucesión de pasos lógicos que cualquier otra persona también podría haber dado. Pero los di yo, uno a uno, y eso, cuando lo pienso, me saca un sonrisilla.
❖ ¿Qué te inspira al diseñar una tipografía?
Si hablamos de inspiración: nada. Si hablamos de influencias —ya sea de manera consciente o inconsciente—: todas las tipografías pasadas. Diseñar tipografías es un acto cultural. También puede ser político. Eso conlleva ciertos límites y alicientes.
❖ ¿Puedes describir tu proceso y los pasos específicos que tomas?
La fase de diseño de concepto la baso en un estudio de las constantes que quiero para un proyecto en particular: género, tendencia y renderizado, entre otras. Después llega la fase de diseño de los caracteres donde realizo un trabajo de construcción del sistema que está muy relacionado con la arquitectura. Una cuarta parte del proceso de desarrollo de una tipografía podríamos describirlo como «creativo» (idear una solución) y el resto como «productivo» (aplicar una fórmula).
Primer paso: estudiar qué queremos comunicar y para qué audiencia. Una vez definidas esas constantes o requisitos, hago una pequeña investigación de lo que ya se ha hecho. En tipografía es difícil reinventar la rueda, pues la forma de los caracteres están muy definidos. Así pues, lo que hago es buscar el aroma adecuado que quiero que desprenda el nuevo diseño. Las influencias ahí son puramente tipográficas. Sin embargo, lo que sí podemos trabajar más a fondo es la sutileza, los detalles. Ahí es donde definimos la voz de nuestra tipografía y donde el abanico de influencias se abre a otros campos.
En resumen: definición de requisitos, investigación, definición de estilo, primeros dibujos con base en ese estilo, búsqueda de particularidad, definición de voz, aplicación de fórmula.
❖ ¿Quién o qué te inspira e influye en tu trabajo?
Como todos, intento absorber todas las influencias posibles: arte, arquitectura, diseño de producto, ingeniería, etcétera. Pero también las piedras, el agua, las plantas, el movimiento de los animales. La naturaleza de una forma puede ser aplicada a diferentes objetos y hay corrientes estilísticas en otros campos que están marcando lo que pasará en tipografía. La clave es huir del efecto Einstellung, tomar distancia, observar y escuchar. Tan simple y tan difícil como eso.
❖ Muéstranos tres diseños o tipografías (apps, cartelería, web, industrial, etc.) que te inspiren – solo imágenes.
❖ ¿Qué consejo le ofrecerías a aquellos que comienzan en el sector?
Respeto (a los clásicos) y osadía (para hacer cosas nuevas). Leer todo lo que caiga en tus manos. Abrir muchas fuentes en Glyphs o Illustrator. Estudiar soluciones. Enfrentarse a problemas. Cometer errores. Repetir y repetir. Paciencia. Y osadía. Sí, nunca es suficiente.
❖ ¿Qué recomendaciones puedes hacernos para escoger una tipografía para un proyecto web o una aplicación?
Cada proyecto tiene unos requisitos diferentes, así que hay que prestarles particular atención: audiencia de la web/app, lenguajes, funciones OpenType, longitud de los bloques de texto, dispositivos principales en los que se renderizará, etcétera. En base a ello, habrá que hacer una primera selección. La segunda fase es la difícil: qué queremos comunicar, con qué tono queremos entregar el mensaje. Nunca hay que dejarse arrastrar por gustos personales o falsos mitos en torno a la tipografía digital. Hoy en día la calidad de las pantallas y la evolución de la tecnología tipográfica permiten que podamos escoger cualquier tipo de estilo tipográfico. La tercera fase, no lo olvidemos, es utilizar la tipografía escogida de manera adecuada: tamaño, interlineado, ancho de línea, etcétera.
¿Lo hacemos más fácil? Ahí va un esquema con los pasos que yo recomiendo:
- ¿Qué tipo de documento vamos a crear? Ejemplo: es un blog personal para hablar sobre cine, es una aplicación puntera para aficionados del baloncesto, es un libro de poesía latinoamericana… La audiencia de cada uno de estos supuestos tiene unas expectativas tipográficas basadas en su experiencia. Podemos seguirlas o arriesgar un poquico.
- ¿Qué queremos transmitir? Aquí tendremos en cuenta los valores de la marca y el tono de voz que queremos utilizar. Dentro de un mismo estilo tipográfico, distintas tipografías pueden transmitir diferentes sensaciones mediante sutilezas en su diseño.
- ¿Requisitos? Es decir: pantalla o impresión, titulares o texto corrido, lenguajes, símbolos matemáticos… Seguro que tenemos una serie de requisitos que la fuente que escojamos debe cumplir. Hay tipografías específicamente diseñadas para un medio u otro, o que cubren diferentes sistemas de escritura o con un un juego de caracteres más centrado en ciertos usos.
- ¿Otra tipo? Siempre es bueno buscar un acompañante para nuestra tipo principal. En el 99% de los proyectos será suficiente con tener dos tipografías. Eso sí, tienen que combinar bien: se tienen que hablar pero sin gritarse.
- ¿La compro? Sí, la compras. Hay muchas fuentes gratuitas de calidad pero hay que tener especial cuidado con su calidad y sobreexposición. Si te decantas por una tipografía de pago, cómprala directamente a sus autores. Evita monopolios que dañan a la industria como MyFonts (propiedad de Monotype) y ve directamente a la fuente. Hay un montón de estupendas fundiciones ahí fuera. En Type Foundries Archive tienes un buen listado. De esta forma, te aseguras que tu dinero va íntegramente a los autores, que si te surge alguna duda tienes a alguien con quien contactar directamente y que la tipo de tu proyecto tiene algo especial: no está en todas las puñeteras partes.
❖ Recomiéndanos tres libros que te hayan ayudado en tu carrera.
- ‘Design is a job’ de Mike Monteiro, para entender nuestro oficio
- ‘Diseñar para el mundo real’ de Victor Papanek, para entender nuestra responsabilidad
- ‘Un mundo feliz’ de Aldous Huxley para entender nuestro mundo.
Crédito de la foto de cabecera: Xoel Burgués