Entrevista a Javier Cañada, director de diseño de Tramontana
❖ ¡Hola Javier! Para quien no te conozca, ¿podrías explicarnos un poco de tu historia?
Fui uno de esos niños de lo que yo llamo Generación Spectrum: los primeros en criarnos con un ordenador personal en casa, hackeable, que inevitablemente te forzaba a aprender un poquito de programación y a entender cómo funcionaban esas máquinas. Crecí con el corazón dividido entre los ordenadores y las ciencias sociales. Al llegar a la universidad, elegí lo segundo y estudié Ciencias Políticas y Sociología. No imaginaba lo útil que iba a serme en el futuro.
En cuarto de carrera me dieron una beca para estudiar en la Universidad de Washington en Seattle. Allí me topé con asignaturas donde mis dos pasiones se juntaban: “new media and society”. Había un New Media Lab, ya estudiaban el comportamiento de las personas frente a la tecnología… ¡Era mi sueño! La beca no me daba dinero pero sí carta blanca de asignaturas, así que elegí bien. Dos profesores pidieron un permiso al decano para que pudiera asistir a cursos de posgrado con ellos y sus alumnos, gente de la Amazon que estaba empezando (¡era 1998!), de Microsoft, o de Real Networks, empresas todas de Silicon Valley. Pra mi, un chaval español, era como un sueño. Al volver de allí ya tenía claro que quería dedicarme a la interacción persona-ordenador.
En 2000 entro en el equipo de HCI de IconMedialab, el primero de España, y allí montó el que creo que fue el primer lab de empresa para hacer tests de usabilidad de España.
En ese tiempo empiezo mi blog sobre diseño y usabilidad, fundamos una comunidad de diseñadores de interacción (ya difunta) llamada Cadius y escribo aquí y allá. Un no parar.
Tras Iconmedialab y un breve paso por Indra, entro a the Cocktail, donde inicio el equipo de diseño. Luego cofundo 11870.com como codirector de diseño y después mi propio estudio, Vostok. En esos años, viendo que no había formación de diseño, pruebo a hacer algo un poco a medida de como creo que debería enseñarse y pongo a funcionar el Programa Vostok, que lleva ya siete ediciones. Años después, junto a un grupo de socios, creamos Tramontana. Y hasta hoy.
❖ ¿Cuál es tu formación/experiencia y cómo llegaste al mundo del diseño?
Estudié Ciencias Políticas y Sociología. Eso me dio una buena base: la sociología por entender las metodologías de investigación y la ciencia política, por lo mucho que se estudia de historia, humanidades, filosofía, teoría de las ideas… Ahora, más que nunca, agradezco eso, esa perspectiva.
Creo que mucho de lo que preguntas aquí lo he respondido ya arriba. Añadiré una anécdota que conecta la formación con lo profesional y que me pasó estando en Seattle: mi compañero de piso vendía metanfetamina (speed, vamos) y uno de sus mejores clientes era responsable de reclutar usuarios para los tests de usabilidad de Microsoft. En una ocasión me dijo que buscaban usuarios de habla hispana y que si me apetecía ser sujeto de un test de usabilidad. A cambio, conocería el campus de Microsoft y al equipo de HCI, uno de los más punteros del mundo. Y así fue como entré en contacto con la disciplina. Tras eso, entendí que podía hacer una profesión de las dos cosas que me gustaban. Volver a España fue buscar desesperadamente una empresa que tuviese claro eso, y en ese momento IconMedialab, una empresa sueca, eran los únicos con equipo de HCI.
❖ ¿Cómo es trabajar en Tramontana? ¿De qué estás más orgulloso?
Buf, es una pregunta muy amplia. Estoy orgulloso de los socios que han puesto dinero y cabeza, de mi socia Gabriela, que la dirige con mucha templanza y del equipo, algunos de los cuales ahora ya son socios. Pero me voy a centrar en una cosa:
Lo más valioso, para mí, es tener a diseñadores que no se autolimitan con la metodología ni piensan el diseño en términos restrictivos. Todo el mundo en el equipo se mueve cómodamente entre lo estructural, lo visual, lo narrativo… Todos se manejan en más de una capacidad, además del diseño de interacción: video, fotografía, diseño de sonido, de producto o identidad… Y la multidisciplinariedad hace que entendamos el diseño desde muchas caras. Hay una ingeniera industrial, una arquitecta, gente con experiencia audiovisual muy potente… Y si a eso añadimos lo que aportan los socios (Director de cine, fotógrafo, periodista, economista, ingenieros…) da una firma a la que le dan miedo pocos proyectos.
❖ ¿Qué te inspira al diseñar un producto digital?
En el desaparecido Templo de Delfos de la Grecia antigua, el frontón principal, el de la fachada, estaba consagrado a Apolo, el dios de la perfección, el orden, la armonía y los ideales. Como sabes, los templos griegos solían ser simétricos, y la parte de detrás tenía una fachada igual que la de delante. Pues bien, el frontón trasero tenía relieves dedicados a Dionisio, el dios del vino, de pasarlo bien, del placer, lo sensorial y el vivir.
Los griegos entendían que el equilibrio estaba ahí, entre Apolo y Dionisio, entre la perfección y el placer, entre el soñar y el vivir, que ambos se necesitaban y se equilibraban en la vida.
Esas son las dos inspiraciones que me importan: por un lado, el ideal modernista de la HfG de Ulm (Braun, Bang&Olufsen, Muji, Fukasawa…) y por otro, la belleza efímera y sensorial que veneramos los pueblos mediterráneos en nuestro vino, comida, luz y saber vivir.
Me fascina —y me inspira— la capacidad centroeuropea de trabajar con rigidez, sistematización y búsqueda de la perfección…Y a la vez el buscar lo bello que no es necesario. A riesgo de sonar cursi, creo que hay que saber diseñar para la cabeza y a la vez también para el corazón.
❖ ¿Puedes describir tu proceso y los pasos específicos que tomas?
No creo en los procesos de trabajo cerrados ni secuenciales. Cada vez creo menos en ellos.
Si me preguntas hace quince años te habría recitado la metodología clásica de diseño centrado en el usuario. Ahora creo que eso son patrañas, que cada proyecto requiere una aproximación distinta, que cada diseñador tiene una forma de pensar diferente (más holística o más detallista, es más de ver el todo o de ver las partes) y que en cada proyecto se parte de certezas diferentes y siempre irregulares. Es un tema del que e gustaría hacer un vídeo en Tramontana, así que mejor no me extiendo mucho 🙂
❖ ¿Quién o qué te inspira e influye en tu trabajo?
Primero los clásicos: Otl Aicher, Hans Gugelot, Dieter Rams, Walter Dorwin Teague, Henry Dreyfuss, Kersting, Gropius… Y por el otro lado personas mucho más dispersas, desde Werner Herzog a los Escolásticos. Últimamente estoy fascinado con el renacimiento en el sur de Europa y todo lo que supuso en términos de diseño, arte, arquitectura… La ruptura del mundo protestante con el católico fue algo de proporciones brutales que salpicó a casi cualquier obra intelectual o artística de esos siglos.
Todo lo que pasa alrededor nuestro nos influye en qué diseñamos, cómo lo hacemos y para qué. Me obsesiona entender eso, ver más allá de sketch y poder adivinar algunas de las fuerzas que no vemos y que nos hacen pintar una caja gris en sketch: ¿Por qué gris? ¿Por qué una caja? ¿Por qué en sketch? ¿Para quién? ¿Por qué ese proyecto y no otro? ¿Cómo la habría diseñado hace veinte años? ¿Y si viviese en Estonia, la habría hecho igual? ¿Está bien que sea así? ¿Estoy siendo parte de algo mayor y no lo sé?
Creo que los diseñadores tenemos que saber más historia ¡Mucha más! Para entender el contexto y el propósito de lo que hacemos tenemos que estudiar Historia del arte, de las ideas, historia económica… No hablo de entender el gran esquema, sino también el micro. Es absurdo estar leyendo libros de UX o viendo Dribble si quieres hacer algo que dure. Tienes veinte siglos de saber y belleza a tus espaldas, ¡Aprovéchalo!
En un poema de San Juan de la Cruz puedes tener una clase magistral de narrativa mejor que cualqueir librito de hoy en día. En las Ordenanzas de Felipe II tienes formulaciones interesantísimas de sistematización de diseño. Si miras hacia adelante acabas pronto. Si miras hacia atrás, no dejas de crecer.
❖ Muéstranos tres diseños (apps, cartelería, web, industrial, etc.) que te inspiren – solo imágenes.
Me cuesta mucho eso. La inspiración visual depende mucho del proyecto. Puede haber algo que me fascine visualmente para un proyecto pero que no quiera volver a ver jamás, y puede haber cosas que nunca me inspiren visualmente, pero sí por lo que simbolizan. Venga, me mojo:
❖ ¿Qué consejo le ofrecerías a aquellos que comienzan en el sector?
Que no crean que por aprender las cuatro técnicas de UX ya son diseñadores. Que se es mejor diseñador cuanto más se aprende de otros ámbitos: arquitectura, psicología, filosofía, arte o cocina. Que alimenten y cultiven los dos lados, el de Apolo y el de Dionisio, porque en esa retroalimentación está entender de verdad a las personas.
❖ Recomiéndanos tres libros que te hayan ayudado en tu carrera.
- ‘El mundo como proyecto’ de Otl Aicher
- ‘La utilidad de lo Inútil’ de Nuccio Ordine
- ‘El Manantial’ de Ayn Rand