Entrevista a Álvaro Bernal, cofundador de Urano Studio
❖ ¡Hola Álvaro! Para quien no te conozca, ¿podrías explicarnos un poco de tu historia?
Mira, voy a empezar con algo que creo que es gracioso. Cuando yo era pequeño veíamos la serie “Cuéntame” en familia, todos juntos religiosamente los jueves por la noche, y yo sentía mucha conexión con Carlitos, el protagonista, que era un niño de mi edad. El primer capítulo de Cuéntame comenzaba cuando el padre de la familia llegaba a su casa con una televisión, la primera tele de esa casa, en la década de los 60. A mí me pasó igual, pero con el ordenador. Nací en 1994 y en 1999 (si no recuerdo mal, que puede ser), mi padre llegó un día a casa con un ordenador JUMP que corría Windows 98. Y quizás mi padre no lo sabía, pero esa compra estaba cambiando el futuro de su hijo para siempre. Estoy plenamente convencido de que si ese ordenador hubiese llegado a casa 3 ó 4 años más tarde (que seguiría siendo muy pronto igualmente), las cosas no me hubiesen ido igual.
Resumiendo mucho, tengo la suerte de haber tenido un padre que puso un ordenador en mi casa desde que tengo uso de razón, prácticamente, y un hermano mayor que se interesó por el diseño antes que yo. Estos dos factores juntos hicieron que creciese en contacto con la tecnología, con internet (a partir de las 18:00, que era cuando se activaba la tarifa plana), con un mundo totalmente abierto de información y formación… y todo esto hizo que yo pudiese empezar “mi carrera” como diseñador muy fácilmente. Con 9-10 años ya me gustaba hacer fotomontajes e imágenes varias con Photoshop, y empecé a realizar composiciones de diseño gráfico para imprenta antes de los 14 años. A los 16 empecé a dedicarme profesionalmente al diseño, y hasta hoy en día. Actualmente trabajo dirigiendo mi propio estudio de diseño junto a mi socio Jorge, e impartiendo formación de diseño en The Bridge y la U-tad.
❖ ¿Cuál es tu formación/experiencia y cómo llegaste al mundo del diseño?
Totalmente autodidacta, por suerte o por desgracia. Crecí en un pueblo del sudeste de Murcia y las opciones para estudiar diseño en aquella época no me convencían demasiado. Para cuando acabé el instituto ya tenía ofertas de trabajo de agencias e imprentas de diseño de la zona que habían visto algunas de las tonterías que me gustaba hacer por las tardes, así que aposté por comenzar a trabajar en lugar de seguir estudiando, y a día de hoy no me arrepiento. Al final para estudiar siempre estás a tiempo, y más con todos los formatos distintos de formación que existen hoy en día; pero para aprovechar una buena oportunidad, no.
Tras un par de años dedicándome al diseño para imprenta comencé a trabajar en una famosa consultora de diseño digital en Murcia, que me sirvió para curtir mis, por aquel entonces, escasos conocimientos de diseño web y de aplicaciones móviles. Aprendí a trabajar en equipos grandes, en contacto contínuo con desarrollo y junto a otros diseñadores de producto. Por supuesto, mucho mejores que yo. Ahí fue donde confirmé que ésa era la rama a la que quería dedicarme.
Desde entonces he participado y trabajado dentro de equipos de diseño muy variados. En algunas ocasiones tenía una posición más productiva, pues ocupaba la mayoría de mi tiempo en ejecutar diseño, y en otras ocasiones mi figura se encargaba más de dirigir, orientar y tomar decisiones con mayor calado en la “columna vertebral” del producto.
Esto último es algo que me gusta mucho hacer desde que montamos el estudio y ya antes, cuando trabajaba como freelance. Comencé a realizar proyectos por mi cuenta mientras trabajaba en otras empresas, ya que me llegaban ofertas de trabajo interesantes que no quería desperdiciar pero tampoco me apetecía estar cambiando tanto de trabajo, así que pensé que sería capaz de diseñar durante 12 ó 14 horas al día compatibilizando mi trabajo como freelance con mi trabajo por cuenta ajena en distintas startups. Y ojo, que aguanté varios años así (menos mal que ya no). Y empecé a notar cómo el hecho de estar contratado por una empresa de forma externa, curiosamente, hace que los stakeholders tengan tu opinión y tu trabajo más en consideración. Te ven como “más experto” que si estás todo el día en la oficina siendo uno más del equipo. Y me resulta muy curioso. Algunas de mis mejores experiencias como director de diseño, lead designer, senior designer y demás posiciones de relevancia dentro del sector han sido participando de forma externa y con contrato freelance.
❖ Tienes mucha experiencia laboral en diferentes ámbitos, aunque sobretodo te has movido en start-ups. ¿Qué puedes contarnos de tu experiencia en Fever?
Llegué a Fever en la que yo considero que ha sido la mejor época de la empresa, salvando por supuesto los primeros años en los que toda startup es emocionante (y más con el dream-team que consiguieron reunir en esas cuatro paredes). Ya no era una startup relativamente inestable y que muchas veces daba que hablar (y no siempre para bien), sino que gracias a una nueva directiva y un nuevo modelo de negocio había alcanzado el break-even y estaba haciendo las cosas muy bien. Acababan de contratar a una agencia de diseño de interacción que realizó un rediseño parcial del principal producto de la compañía y contaron conmigo para evolucionarlo y seguir ampliándolo junto al resto del equipo de diseño que ya estaba establecido en la empresa. Tras más de 7 meses de negociaciones y procesos entré a formar parte del equipo como Senior Product Designer.
Los casi dos años que pasé allí han sido los responsables de algunos de los mejores momentos, recuerdos y anécdotas de toda mi trayectoria hasta el día de hoy. No sólo era el equipo, que era impresionante (e inmejorable en muchos aspectos), sino cómo funcionaba y se organizaba toda la compañía, cómo se generaban los procesos y los resultados que acababan disfrutando varios millones de usuarios. Testear tus propias decisiones con un número tan grande de personas es algo que uno no siempre tiene la suerte de experimentar.
Como decía, el objetivo de mi entrada en Fever era evolucionar un rediseño que ya había comenzado antes de que yo formase parte de la compañía. Junto a Íñigo, Soraya y Marta, definimos nuevas features para la plataforma y rediseñamos por completo algunas secciones core, como el proceso de compra o el detalle de un evento. Y posteriormente comenzamos una etapa en la que realizábamos sin parar experimentos y distintos tests continuamente destinados a mejorar pequeñas áreas del producto. Recogíamos todos los números y datos obtenidos y tomábamos decisiones en base a ellos para volver a testear de nuevo una y otra vez. Fue muy enriquecedor y divertido.
❖ También tienes experiencia dando clase, ¿cómo decidiste que querías dedicar parte de tu tiempo a la docencia? ¿qué es lo que destacarías?
Todo comenzó cuando una empresa nos quiso contratar a mi socio y a mí para sustituir a su equipo de diseño, porque no estaban contentos con el nivel de éste, pero no podían afrontar el presupuesto que les hicimos. Así que nos propusieron mantener a sus diseñadores para que, al mismo tiempo, nuestro rol consistiera en formarlos y capacitarlos para obtener mejores resultados. Fue algo súper satisfactorio por ambas partes. Dedicamos unas pocas horas a la semana a trabajar junto al equipo en las distintas tareas que tenían que afrontar, y realizamos sesiones de formación con ellos en distintas técnicas, metodologías y herramientas para que realizaran un mejor trabajo. Al cabo de pocos meses toda la compañía estaba gratamente sorprendida con las soluciones que se estaban llevando a cabo y los números de la misma así lo confirmaban.
Quedamos tan contentos que empezamos a ofrecerlo como servicio a otros clientes, y con el tiempo diseñamos un par de programas intensivos de formación (en formato workshop de 8 o 12 horas) para mejorar el skillset de muchos diseñadores con inquietud de mejora. A día de hoy seguimos impartiendo estos workshops puntualmente en distintas empresas.
Todo esto desembocó en que desde septiembre del año pasado colaboro como profesor de diseño de interacción y usabilidad en la Universidad de Tecnologías y Artes Digitales (U-tad) de Las Rozas, unas cuantas horas a la semana. Es algo que a día de hoy me sigue pareciendo surrealista. Yo nunca he estudiado en la universidad, ¿cómo voy a ser profesor universitario? Pero la educación y la formación está cambiando constantemente y hoy en día se valora más que un profesional tenga varios años de experiencia y resultados demostrables que pueda enseñar a otros, y no tanto que conozca de memoria decenas de teorías difíciles de aplicar y adaptar en el ámbito laboral.
Por eso mismo decidí que mis clases debían de ser fundamentalmente prácticas, porque practicando es como aprendí yo y como creo que un diseñador crece más rápidamente y mejor. Por supuesto, explico teoría y fundamentos del diseño, como Jakob Nielsen, Dieter Rams o Steve Krug, de los que tanto has hablado tú misma en tus newsletters, pero también recibimos charlas de otros diseñadores o analizamos y debatimos vídeos, libros, revistas y documentales de YouTube o Netflix. Creemos que las metodologías alternativas de formación sumadas a mucha práctica son la mejor fórmula para adquirir muchos conocimientos en poco tiempo y, lo más importante, saber cómo y cuándo aplicarlos.
Si tuviese que destacar algo, me quedaría con el hecho de que toda esta experiencia me sirve y ha servido para refrescar y volver a poner en práctica algunos factores que tenía más “oxidados”. Hace poco escribí un artículo en el que hablaba de cómo trabajar impartiendo clase como profesor de diseño me había convertido en mejor diseñador, y creo que es un buen resumen de mi reciente experiencia como formador universitario.
❖ Hace unos años co-fundaste Urano, ¿qué te llevó a hacerlo? ¿en qué consiste tu trabajo allí?
Con 18 o 19 años me fui de casa de mis padres para irme a vivir a Valladolid y trabajar en Anfix, una startup de producto que se dedicaba a la facturación y contabilidad en la nube. Allí conocí a dos personas que marcaron un antes y un después en mi carrera: Jorge Carabias (CPO de Anfix) y David Lorenzo (Lead Developer en Anfix). Trabajábamos increíblemente bien juntos. Cara (Jorge Carabias) tenía muchísima experiencia como desarrollador y la aplicaba en sus decisiones de producto en el día a día. Definía funcionalidades y nuevas áreas de la plataforma y, tras pasar por mis manos en diseño, Loren (David Lorenzo) era el encargado de organizar, en el equipo de desarrollo, todas las tareas y programarlas él mismo para que “se hiciesen realidad” cuanto antes. No era el mejor proceso ni mucho menos, pero nos funcionaba increíblemente bien. Formábamos un equipazo.
Cuando los tres dejamos de trabajar en Anfix seguimos haciendo equipo juntos, pero en otros proyectos. El primero de ellos fue Chicfy. Cara entró a formar parte de la startup como Chief Product Officer y nos contrató tanto a Loren como a mí (en un rol freelance). Juntos redefinimos y rediseñamos Chicfy desde cero, y gracias a la conocidísima campaña publicitaria pasamos de tener unas cuantas decenas de miles de usuarias a varios millones.
Tras aquella más que satisfactoria experiencia y después de llevar varios años trabajando juntos, decidimos ponernos un nombre a aquello que hacíamos, y ese nombre fue Urano (que sí, la rima nos da mucho juego a la hora de vendernos). A día de hoy, Loren no continúa en el estudio por motivos personales, aunque seguimos contando con él para muchas cosas, pero mi socio Cara y yo nos dedicamos a definir y diseñar producto, desde cero hasta que llega al App Store.
Somos un equipo bastante pequeño, en muy pocas ocasiones hemos tenido que subcontratar más diseñadores para realizar los proyectos, y eso nos permite ser bastante flexibles. Tenemos clientes que llegan a nosotros con un briefing y quieren que hagamos todo, y otros que simplemente necesitan un rediseño, implementar nuevas features, o mejorar ciertas áreas de su producto. No nos cerramos a hablar ni negociar nada, e intentamos buscar el potencial y la parte interesante de todos los proyectos en los que aportamos valor. Estamos muy contentos con lo que hacemos y constantemente buscamos nuevos clientes con los que colaborar.
Algo curioso es que acabamos siendo amigos de esos mismos clientes, trabajando con ellos en muchas más ocasiones e incluso los invitamos a nuestras celebraciones personales, como bodas o cumpleaños. No lo estaremos haciendo tan mal con ellos.
❖ ¿Puedes describir el proceso de diseño que sigues?
Cada cliente es distinto y por lo tanto el proceso que seguimos con ellos no es nunca igual. Cuando un cliente nos presenta una idea y analizamos sus recursos y tiempos, llegamos a un acuerdo económico y nos ponemos a trabajar. Generalmente hacemos todo el research previo que podemos para tener unos pilares básicos en los que apoyar nuestras decisiones. Realizamos propuestas rápidas y wireframes que testeamos todo el rato durante esta fase inicial para confirmar y descartar hipótesis. Posteriormente aterrizamos un poco más las ideas y resultados que hemos obtenido y nos encargamos de que todas las características y aspectos que vamos a producir cuenten con los requisitos y la arquitectura de la información bien definida a través de flujos de navegación, documentos funcionales, wireframes… es aquí donde trabajamos toda la funcionalidad y usabilidad, pero paralelamente empezamos una exploración visual para encontrar una línea gráfica y una apariencia acorde al producto y las necesidades del mismo.
Llegados a este punto nos encargamos de diseñar un sistema, unas guías y unos componentes para cada cliente, y lo hacemos escalable, destinado a que si en un futuro otros diseñadores trabajan en la compañía y “heredan” nuestro diseño, no anden como pollo sin cabeza. Generalmente en esta fase intentamos diseñar distintos “templates” que luego nos valen para sacar las pantallas más fácilmente.
El trabajo suele finalizar facilitando el diseño al equipo de desarrollo y asegurándonos de que la construcción y maquetación de las pantallas y vistas se lleva a cabo tal cual hemos diseñado, así como los flujos, etc.
Por supuesto intentamos no descuidar el testing constante, entrevistas con usuarios, focus groups (aunque tampoco somos muy fans de esto último), pues creemos que es la única garantía que tenemos de saber que lo que estamos haciendo correctamente y sobre seguro.
❖ ¿Qué software y apps utilizas más en tu trabajo? ¿Por qué?
Si me hubieses preguntado hace unos meses te hubiese respondido una cosa, y si me preguntas dentro de otros cuantos posiblemente ocurra lo mismo. Como bien sabes, cada día aparecen nuevas herramientas y apps que viene bien conocer, y por mi parte intento probar y buscar lugar a todas las que considero interesantes.
Pero si tuviese que resumirlas en el menor tiempo posible y quedarme con las principales, diría que utilizo Sketch para la mayoría de mis diseños y Figma para otros pocos (dependiendo de las necesidades del equipo con el que trabajemos). También Notion para documentación, notas y procesador de textos en general, y Trello para la organización de tareas en equipos (solemos crear un tablero con cada cliente, y en él repartimos todas y cada una de las tareas). Utilizamos InVision para entregar el diseño tanto al cliente (y recopilar feedback), como para prototiparlo y testearlo con usuarios, y por supuesto para facilitar el trabajo al desarrollador (mediante handoff).
❖ ¿Quién o qué te inspira e influye en tu trabajo?
Es una pregunta demasiado interesante como para dar una respuesta corta. La visualizo y veo un melón enorme que no sé hasta qué punto soy capaz de abrir para explicar.
Por supuesto creo que lo más importante es tener buenas referencias, y eso mismo intento transmitirlo cada día a mis alumnos. En mi caso, me dedico a diseñar productos digitales, y los productos digitales no dejan de ser productos al fin y al cabo. Un producto es forma y función, y función siempre va antes que forma. Hay miles de millones de productos bien diseñados en los últimos dos siglos de los que podemos aprender mucho en cuanto a función: desde utensilios de trabajo, coches, relojes y muebles hasta cafeteras, radios y electrodomésticos muy variados. Todos son productos, todos cumplen una función clara, solucionan un problema y muchos de ellos cuentan con un duro y extenso trabajo y buen diseño detrás. Y por otra parte, hay muchos otros lugares donde aprender a trabajar el factor forma, eficaz y correctamente, para que cumpla su función (nunca mejor dicho).
Creo que es fundamental nunca dejar de documentarte, de leer libros pero sobre todo de hablar con la gente y ver su trabajo. Preguntar por cuestiones que te ronden por la cabeza día a día a diseñadores con más experiencia que tú. Leerlos, ver sus vídeos, sus charlas, sus artículos y estudiar su trabajo. E intentar copiarlo, por qué no. Así quizás te acerques a plantearte cuestiones parecidas a las que ellos mismos se enfrentaron para realizar ese trabajo.
Y ojo, que no hablo de diseñadores solamente de tu rama. De todo diseño se puede aprender, desde producto y diseño gráfico a arquitectura, moda, diseño de interior, narrativa, videojuegos… hay problemas comunes que todos solucionamos de una forma parecida.
Por último creo que la mejor forma de inspirarse es pararse a pensar. No en cosas ambiguas o filosóficas, sino en tu día a día. Pararte a pensar cómo podrías hacer mejor ciertos procesos, tareas y acciones, desde preparar una Moka cada mañana, qué ropa ponerte para ir a la oficina o la experiencia que recibes a través de Netflix o tu Kindle en tu tiempo de ocio. Hay mucha experiencia de usuario detrás de todo eso, y hay mucho que aprender. Por ejemplo, la app de Atresmedia (la principal empresa privada audiovisual de nuestro país) para Apple TV es horrorosa. Y no hablo de horrorosa en cuanto a interfaz, sino en cuanto a experiencia de usuario. Y como consumidor de algunos de sus contenidos a través de esta vía, no puedo evitar sacar mi background de UX en cada frustración que ocasionan algunos de sus garrafales fallos. Y esa misma visión y mentalidad actúa positivamente cuando la experiencia es buena, como por ejemplo viendo Netflix en el Apple TV o jugando a Alto’s Oddisey. Igual que identificas errores para no cometerlos tú mismo jamás en ciertos sitios, también descubres elementos y microinteracciones que te inspirarán ciertas decisiones que tomarás en futuros proyectos. Y al igual que con esto, con todo. A veces pensar como pensamos los que nos dedicamos a diseñar experiencias, productos y servicios puede llegar a ser extremadamente agobiante, pues solamente nos gusta y nos conformamos con aquello que está bien diseñado, ya sea un teléfono, un mueble o unos calcetines.
❖ Muéstranos tres diseños (apps, cartelería, web, industrial, etc.) que te inspiren – solo imágenes o vídeos
❖ ¿Qué consejo le ofrecerías a aquellos que comienzan a diseñar?
El mismo que le doy a mis alumnos cada día: que no dejen nunca de practicar, practicar y practicar, y jugar con las herramientas, además de mantener el interés por estar al día e informarse siempre más y mejor. Hoy en día está todo en internet y hay miles de formas de ver el trabajo que hacen otros, por qué lo hacen y cómo lo hacen.
Que intenten plantearse problemas que ellos mismos hayan identificado como usuarios de ciertos productos, y piensen la forma de solucionarlos. Cuando crean que han encontrado la forma correcta, que intenten echarla abajo comparándola con otros puntos de vista u otros casos similares. Que pregunten mucho, que testeen con otra gente y que nunca estén 100% contentos con lo que hacen, pues sólo de esa forma dejarán espacio a la mejora constante.
❖ Recomiéndanos tres libros que te hayan ayudado en tu carrera.
- ‘No me hagas pensar’, de Steve Krug. Un indispensable.
- ‘The Design of Everyday Things’, de Donald Norman.
- ‘Lo esencial: el diseño y otras cosas de la vida’, de Miquel Milá tras la recomendación del mismísimo Javier. Aún lo estoy leyendo.
❖ ¿Y 3 podcasts o canales de YouTube?
Si te parece bien, te voy a recomendar newsletters y blogs en lugar de podcasts, puesto que reconozco que consumo mucho más contenido por esa vía.
- Honos, por supuesto y hasta la muerte, del grandísimo Máximo.
- Efimera.org, aunque lleve mucho sin actualizarse. Es genial.
- El Medium de Nacho Gil, que si pudiese me tatuaría letra a letra (como este post en concreto).
❖ ¿Sobre quién te gustaría leer una entrevista aquí? Sugiéreme la próxima “víctima” 😉
Te voy a proponer dos. El primero es el ya nombrado Nacho Gil, uno de los diseñadores con más (y mejor) experiencia que tenemos en España. Es el mejor ejemplo de que diseñar no es solamente ponerse frente a Sketch y “colorear”, sino que detrás de cada maniobra debe haber una serie de decisiones y planteamientos muy importantes sobre los que apoyarla. Pero cuidado, que conociéndolo como lo conozco, te va a pedir justificación sobre por qué debería aceptar tu propuesta. Es un tío duro y sin pelos en la lengua que nunca deja indiferente a nadie con sus palabras.
Y el segundo, seguro que ya lo has pensado anteriormente incluso tanteado, es José Luis Antúnez, famoso recientemente por sus hilos de Twitter, pero muy conocido en el sector desde hace muchos años. Llevo media década leyéndolo, hablando con él y viéndolo reflexionar sobre muchos temas y creo que es de las personas que más puede hablar sobre diseño, evolución del diseño e implicaciones del diseño en muchísimas otras áreas.
❖ Por último, ¿hay algo que quieras promocionar o enseñar?
Por supuesto, uno no es tonto y como empresario no debo desaprovechar ninguna oportunidad (risas). En Urano estamos constantemente buscando proyectos en los que involucrarnos. No nos cerramos a nada. Si tiene que ver con el diseño digital, seguro que podemos aportar buen trabajo. Además, el hecho de ser pocos y trabajar codo con codo con los CEOs y responsables de las empresas que nos contratan, nos permite adaptarnos perfectamente a ellos en todas las condiciones que te puedas imaginar. Ni nos andamos con burocracia ni nos creemos más que nadie, simplemente intentamos aportar valor y experiencia en donde nos necesitan.
Escribiéndome a abn@urano.studio o mandándome un tweet, mensaje de Instagram o Telegram, quedamos para tomarnos un café y hablamos de lo que haga falta, haya o no pasta de por medio. Siempre es interesante.
Además, recientemente he lanzado mi nueva web personal y muchos de tus lectores son muy buenos diseñadores. Seguro que pueden aportarme un feedback excelente sobre ella (y yo estaré encantado de escucharlo).
¡Gracias por tu tiempo, Álvaro!
Muchísimas gracias a ti, Cris, y muchísimas gracias por tu interés en mi figura y mi trabajo. Espero que por lo menos a alguno de los lectores le haya sido de utilidad. Ha sido un auténtico placer.