Dribblización del diseño
Esta semana he estado buscando referencias en Dribbble para ver cómo podríamos diseñar el dashboard para una aplicación interna.
Hasta aquí todo bien.
El problema aparece cuando miras al detalle los trabajos que aparecen allí, o cuando cambias las palabras clave de la búsqueda y todo es igual.
No puedes distinguir si eso es un back office, una aplicación para ir a correr o cualquier otra cosa.
Dribbble nos está haciendo daño.
En Dribbble no hay diseños. Hay ego.
Necesitarás solo unos minutos para entrar en Dribbble y acceder a distintos enlaces con trabajos.
Verás que todos tienen comentarios del estilo “Just wow”, “Nice”, “Like it”, “Well done”… y derivados. Bueno, eso y que todo es igual.
Un 99,9% de lo que se cuelga en esa plataforma está hecho para impresionar a otros compañeros de profesión, no para resolver un problema.
Y, discúlpame si digo una obviedad, el diseño de producto trata justamente de eso: resolver problemas. Todo lo demás es arte y banalización de la profesión.
De vez en cuando me llegan portfolios de diseñadores y me decepciona muchísimo cuando solo enlazan trabajos de Dribbble.
Nada de lo que muestran allí me permitirá deducir si ese perfil es bueno o no, ya que no me está mostrando nada de su proceso de trabajo o de las características del proyecto.
La profesión de diseñador es fea.
No me entiendas mal. No me refiero a que es de las peores que hay, sino que la parte central se encuentra en “lo feo”.
Un buen diseñador debe saber entrar en las particularidades de cada proyecto, las limitaciones y restricciones (técnicas, creativas y/o presupuestarias), las jerarquías internas, los tiempos de entrega… y salir victorioso.
Porque los proyectos reales nacen allí: justo en el centro de un pantano en el que hay una empresa con unas circunstancias determinadas.
Para poder apreciar si algo es “bueno” o no hace falta tener toda esta información. De lo contrario, es un cuadro de pixeles a los que se ha puesto mimo, sí, pero no deja de ser arte.
Los portfolios deben incluir user flows, investigaciones, wireframes (los que haces para explorar, no para que queden bien), pruebas de UI Kits, etc.
Estamos homogeneizando el diseño.
De nuevo, si entras y haces cualquier tipo de búsqueda, podrás apreciar como prácticamente todos los resultados lucen igual: muy blancos (bueno, ahora también con el dark mode que está de moda), tipografías muy parecidas, la misma sombrita, etc.
De hecho, la propia plataforma premia este tipo de proyectos. Si te fijas en su interfaz, al lado de cada proyecto encontrarás las palabras clave, las visualizaciones y ‘me gusta’ que ha tenido (volvemos al tema del ego) e información sobre la paleta cromática.
Para postre, las descripciones de los proyectos suelen ser nulas o simplemente indican algo del estilo “algo que diseñé hace un tiempo” o similar. Ni siquiera explican más sobre el proyecto o incluyen un enlace al proceso de trabajo o a más información.
Lo que más grave me parece es que parece que se está convirtiendo en un estándar “hacer cosas para Dribbble”. Montarse una captura maravillosa con la típica sombra para que parezca que se eleva, fondo en blanco o con un pattern con opacidad bajada… sabes a qué me refiero, ¿verdad?
Se puede defender diciendo que es una plataforma para subir pruebas y demás, pero… ¿por qué necesitas subirla a la plataforma? No me digas que es para recibir feedback, porque de ahí no se extraen críticas -ni constructivas ni destructivas, de hecho-.
Y, ya por último… alguien debería poner freno a las animaciones locas que quedan muy bien en prototipos pero que son completamente imposibles de implementar en la vida real.
Dribbble tenía sentido en su origen, cuando se accedía por invitación y había “poca gente”. El hecho de que cada vez sea más fácil entrar hace que haya más proyectos, pero de peor calidad.
Encontrar algo bueno y diferente se convierte en una tarea que requiere bastante tiempo.
Crea una audiencia de otro modo.
Dribbble se suele utilizar para crear una audiencia e incrementar seguidores, pero hay formas mucho mejores de hacerlo. Y esto no es algo nuevo: llegué a esta conclusión esta semana, pero según me han hecho llegar, se lleva hablando en varios artículos del sector desde hace por lo menos 5 años. Incluso han llegado a plantear «soluciones».
Da que pensar. Y mucho.
Puedes crear un “side project” con el que demuestres lo que sabes hacer, explicando y mostrando el proceso. Y, si además es algo que aporte a la comunidad, matas dos pájaros de un tiro.
Si la excusa es practicar… se puede hacer igual, pero sin tener que subirlo forzosamente a Dribbble o Behance (aunque este último sí muestra más contexto). De hecho, para eso están los portfolios bien construidos.
Evitemos el “design-centered design” y volvamos a lo que debe ser el diseño, solucionar problemas.
Y tú, ¿qué opinas de todo esto?