Diseña con la mentalidad de un principiante
Cuando diseñas un proyecto por primera vez todo es nuevo. Tienes que aprender sobre un sector diferente, interactuar con usuarios o clientes que no conoces y quizás aprender alguna metodología o herramienta nueva.
Con el paso de los años esto desaparece y hay ocasiones en los que ya puedes predecir en cierto modo qué pasará. Quedas atrapad@ en un ciclo de procesos y metodologías que se repite infinitamente.
Si te preguntas como puedes evitarlo, estás en el artículo correcto. Acompáñame en este viaje hacia la mente del principiante.
Qué es la “mente del principiante” (y por qué debería importarte)
La mente del principiante es un estado mental en el que eres capaz de empezar cualquier tipo de tarea con un enfoque fresco, sin prejuicios y abierto. Todo, ya sean conceptos, ideas o pensamientos, son nuevos para ti, no existen nada preconcebido. Aunque ya hayas trabajado con ellos decenas de veces.
Este enfoque tiene varios beneficios:
- Estás más receptivo a nuevas ideas y posibilidades
- Afrontas el problema desde varios puntos de vista, incluso desde aquellos que parece que no pueden funcionar
- Empiezas desde un punto en el que no conoces nada, así que todo es sorprendente e inesperado
¿Por qué debería importarte? Fácil. Si empiezas todos tus proyectos con la gorra de EXPERTO puesta en la cabeza, perderás la capacidad de observar el problema desde diferentes perspectivas, porque tu experiencia limitará tu capacidad de verlo como algo nuevo.
Qué nos pasa al crecer en la profesión
Con los años vamos ganando experiencia. Esto no es malo en sí mismo, porque permite trabajar en retos diferentes, alcanzar objetivos personales y, en general, cobrar más dinero.
Sí es un problema cuando nos impide trabajar. Te pongo un ejemplo. Imagina que un cliente (o alguien de otro equipo) viene y te pide que incluyas un campo de formulario para que los usuarios puedan buscar adecuadamente los productos en la tienda online.
Ya has hecho muchos proyectos así, de modo que lo resuelves rápido porque ya sabes dónde tiene que ir la lupa y cómo tiene que ser la búsqueda (ojo, esto no tiene nada que ver con los patrones de diseño).
Tiene que ver con que has ido directamente a la solución, sin pararte a pensar en si el tipo de usuario tiene necesidades diferentes, su Job to be done, las características del producto o si se suele buscar por palabras clave o filtrando. Simplemente porque lo has hecho tantas veces que ya sabes cómo se tiene que resolver.
La experiencia debe guiar el proceso, no la solución.
Pasos para trabajar con mentalidad de principiante
Estos son los pasos que sigo. No se trata de un proceso en el que después del primer paso va el segundo y así hasta el final, sino que depende de las circunstancias.
A veces me pasa que me encallo en un diseño y tengo que buscar otro enfoque. Otros ya empiezo pensando que sé la solución. Y en otros, me creo que ya sé que pasará con el experimento o la investigación porque ya he vivido varias.
- Ignora tu experiencia pasada. No en el sentido de hacer como si no supieras diseñar, sino en el de “esto se soluciona así”. Observa el proyecto como si acabaras de llegar a ese sector y compañía y como si nunca hubieras diseñando una animación. O una pantalla de registro. O un botón.
- Esta es mi favorita. Pregúntate “¿por qué?” constantemente. Cuando resuelvo algo y pienso que está bien, me pregunto por qué pienso eso. Hay ocasiones en las que acabo llegando a “es que ya lo hice así en un proyecto hace 4 años”. Error.
- Apaga el piloto automático. El día a día a veces nos hace querer trabajar rápido y nos tomamos el proceso de diseño como varios pasos que se siguen en orden, como si fuera una lista de tareas, y ya está. Actúa con intención y busca otro enfoque.
Apuntes finales
Cierro con una frase de Shunryu Suzuki, autor de Zen Mind Beginner’s Mind que resume a la perfección todo lo que he escrito hasta ahora:
En la mente del principiante hay posibilidades infinitas, en la del experto, muy pocas.