Diseña mejor con menos ego
Diseñar es, en sí mismo, un acto individual. Aunque diseñemos para resolver problemas de otros, al final somos nosotros mismos, de forma individual, quienes nos enfrentamos a la hoja en blanco.
Y esto nos hace caer en frases como las que siguen (algunas de ellas las he dicho):
“Llegué yo a la conclusión de poner esto así”
“Se me ocurrió que el verde funcionaría mejor”
“Solucioné yo el problema con el test”
“Han arreglado esto porque le dije a [X] que cambiara [Y]”
Justo cuando activamos el yo en cada frase es cuando los demás levantan una barrera invisible que les hace más difícil colaborar con nosotros o incluso ayudarnos cuando lo necesitamos.
¿Por qué? Porque nadie quiere ayudar a quien solo piensa en sí mism@, y menos si trabaja dentro de un equipo donde hay más individuos.
El objetivo de este breve artículo es que analices cómo te comunicas con los demás miembros del equipo y ayudarte a dejar de lado el ego.
5 pasos para dejar el ego de lado
Cambia como piensas
Es lo primero que necesitas hacer para ganar perspectiva y alejarte del “yo”:
- Tú no eres tu diseño. Se trata, sencillamente, de una posible solución a un problema. No te encariñes demasiado con el diseño, porque es probable que cambie. Lo que estás presentando no te está definiendo a ti como persona, pero sí te define cómo trabajas, tu actitud con los demás y cómo te comportas.
- El diseño no es arte. Lo siento, probablemente lo que diseñas no irá a parar a una galería de arte ni será subastado en ninguna casa de subastas. No lo sientas como parte de ti ni como un reflejo de tu habilidad como diseñador/a. No te ligues emocionalmente a ello, aunque le hayas dedicado infinidad de horas.
No impongas. Genera debate
Es muy fácil presentar un diseño haciendo una propuesta así:
“He estado trabajando en este diseño varios días con el objetivo de resolver el problema de conversión que tenemos en el proceso de alta. Me iluminé un día de repente en el tren de vuelta a casa y diseñé estas tres posibles opciones que seguro que funcionarán. Escoged una, pero la A es la que más me gusta y espero que sea la que os encaja.”
¿Te das cuenta de que no da pie a conversar? Es bastante probable que quienes estén escuchando sientan que no pueden aportar nada, que el diseño está cerrado y les viene impuesto.
Prueba con esto:
“La semana pasada nos explicaron que tenemos un problema de conversión en el proceso de alta. Estuvimos trabajando en ello y, después de que una de las diseñadoras explicara una idea, nos pusimos a investigar y ver si la solución encajaba con los usuarios. Descubrimos tres puntos clave que reflejamos en las tres propuestas que véis. Todas tienen pros y contras, así que nos sería útil si nos ayudáis a entender cual puede resolver mejor el problema.”
¿Notas la diferencia? 🙂
El mensaje es esencialmente el mismo, pero la primera opción está centrada en el “yo” y la segunda, en el “nosotros”. Y cierra abriendo un debate, no haciendo escoger una propuesta condicionando a la audiencia.
Si trabajas sol@ en el área de diseño, sigue siendo viable utilizar el “nosotros”: no tiene porque ser un equipo de diseño quien haya trabajado contigo, puedes haber debatido la idea con l@s desarrollador@s, product owners, etc.
Escucha. Por lo que más quieras.
No sé si a ti te pasa igual, pero cuando veo algo muy, muy, MUY claro se me hace muy difícil dejar que l@s otr@s acaben sus frases… porque básicamente me híper-emociono y quiero contarlo lo más pronto posible.
Así que a veces termino por atropellar verbalmente a quien me está contando algo… o simplemente espero a que acabe de hablar, pero sin escucharle porque tengo demasiado trabajo conteniendo las ganas de explicarlo.
Como comprenderás, esto no es muy práctico si el objetivo es generar diálogo.
Y cuando digo algo “muy, muy, MUY claro” me refiero a nuevas propuestas, a explicar algo que el/la otr@ no ve, etc.
No te aísles.
Te parecerá muy loco, pero diseño no es una carrera solitaria. A menudo nos comparan con los artistas de hace algunos siglos, que se pasaban años trabajando solos en sus estudios y al terminar, exponían sus grandes obras.
Como te decía al principio, el diseño no es arte. Tiene una función comercial y a menudo, se necesita para resolver algún problema (sea empresarial, social, emocional, etc.).
Y además, no trabajas sol@. Por mucho que te empeñes, diseño está rodeado de otras áreas, como desarrollo, product owners, marketing, comunicación, business intelligence…
Colabora, dialoga y aprende de l@s demás. E inclúyelos en los procesos de diseño: no sabrán diseñar, pero es probable que aporten puntos de vista que no habías considerado y ayuden a crear nuevas propuestas o a desarrollar otras soluciones.
Como ves, no tienes nada que perder 🙂
Bonus: admite que no sabes algo
Es un bonus porque es, de lejos, lo más complicado.
Tenemos la estúpida certeza que si reconocemos que no sabemos algo, el resto pensará que no somos buenos o que no sabemos qué estamos haciendo (esto toca el Síndrome del Impostor, lee sobre él aquí).
Pero plantéate algo: ¿quieres contestar rápido -y mal, porque no lo sabes-, o quieres darte tiempo y dar una buena respuesta?
El ego nos impide mostrarnos vulnerables y esto nos hace más daño de la cuenta: ¿a santo de qué tanta prisa en contestar las cosas?
Mejor contesta bien, que rápido y mal. Quédate con esto.
Conclusiones
Aunque lo he enfocado a diseñar, en realidad estos consejos le servirían a cualquiera persona que trabaje con otras personas u equipos… así que compártelo 😉
De todo esto, ¿qué se te antoja más complicado?