Cómo hacer un buen portfolio de diseño UX/UI
Piensa en tu portfolio. En ese proyecto en concreto que te gusta tanto. Sí, ese en el que invertiste tantas horas y el cliente quedó contento. ¿Lo tienes en mente? Estoy convencida de que te gustaría tener más proyectos -y clientes- así.
Más allá de promocionar bien tu trabajo en unos círculos concretos, es esencial que sepas presentarlo bien. Esto es, construir un buen case study de cada uno de tus proyectos. Uno que venda el proyecto de tal manera que no puedan decir que no.
Mi objetivo con este artículo es que te replantees cómo presentas tus proyectos y darte algunas pistas de cómo podrías mejorarlo.
Como siempre, no hay una ciencia exacta, pero te escribo esto desde mi propia experiencia y resultados.
Los case study del portfolio
Llámalo case study, estudio de caso o ficha de proyecto. Da igual. El tema es que seas consciente de que es el elemento de tu portfolio que puede hacerte ganar o perder clientes.
Cuando hablo con posibles futuros clientes, prácticamente todos han revisado de arriba a abajo los proyectos que aparecen en mi web. Y casi siempre, toman uno como referencia indicándome que “quieren algo rompedor/diferente/del estilo de [proyecto] en concreto, pero aplicado a su empresa”.
Es decir: basan parte de su decisión en lo que ven en tu portfolio, en cómo lo explicas y cómo se imaginan eso resolviendo su necesidad.
Por eso es esencial redactar un buen case study: si simplemente te preocupas de poner cuatro capturas e indicar si es una web o una aplicación, el nombre del cliente y la fecha, mal vas.
La estructura de un buen case study
Antes de ponerte a escribir por escribir, piensa bien qué estructura deben seguir todos los case study de tu portfolio.
Es importante tener cierta coherencia para construir una buena filosofía de trabajo y demostrar constancia y coherencia. Si cada página de proyecto es de su padre y de su madre, dice muy poco de positivo.
Contexto. Descripción del estado inicial
A modo de introducción, explica en 3 o 4 líneas quién es el cliente (a qué se dedican, dónde está su negocio, etc.) y cual es la situación previa a contratarte.
Reto. Descripción del proyecto y tu rol
En el siguiente párrafo deberías explicar el proyecto con el máximo detalle posible, especificando lo siguiente:
- Descripción del problema. ¿Para qué te contrataron?
- Objetivos. ¿Qué persiguen?
- Requisitos y limitaciones. ¿Había un tiempo de entrega concreto? ¿No se podía utilizar una tecnología determinada? ¿Había que resolverlo con X o Y?
- Herramientas utilizados. No es un requisito obligatorio, pero a menudo es interesante listar qué herramientas o tecnologías has utilizado para afrontar el proyecto. Pero no te obsesiones, recuerda que las herramientas no hacen al diseñador 🙂
Desarrollo. Tu proceso de trabajo
Este punto es uno de los más importantes. Ha llegado el momento de que expliques cómo trabajaste en el proyecto y qué metodología / proceso / workflow seguiste para poder desarrollarlo.
Aquí deberías describir cómo fue la aproximación para resolver el cliente y por qué tomaste las decisiones que tomaste. Es extremadamente útil para futuros clientes porque tienen la oportunidad de ver cómo es trabajar contigo.
Por ejemplo, puedes hacer una explicación de tu recorrido: investigación, iteraciones, los diferentes estados del proyecto, tests A/B, etc.
Un consejo: explica también lo que no fue bien o por qué hubo decisiones que descartaste. Muestra interés por obtener un buen resultado y no ir directo por la solución más fácil. Además de que nadie se va a creer un proyecto que fue como la seda de principio a fin en el que todo estaba súper claro.
La solución
Es el momento de mostrar el resultado final. Añade imágenes, enlaces, vídeos… lo que sea necesario para mostrar lo máximo posible.
Resultados en cifras
Si es posible y el proyecto lo permite, también es interesante mostrar si se alcanzaron los objetivos que se marcaron al inicio del proyecto: incremento en ventas, más y mejor reconocimiento de marca, disminución de la tasa de rebote, etc.
Actualiza este apartado unos meses después de finalizar el proyecto para complementarlo con el máximo de datos útiles posible.
Este apartado también es importante para futuros clientes. Verán que trabajar contigo, más allá de llevar a un resultado gráficamente correcto, implica mejorar datos de negocio y económicos… que al fin y al cabo es lo que importa.
Consideraciones al preparar tu portfolio
Pequeños puntos que debes tener en cuenta cuando empieces a escribir o repasar los case study que tengas en tu web:
Llevan tiempo
No esperes tener redactado el proyecto en uno solo día. Probablemente necesitarás bastante más tiempo estructurando el contenido, preparando las imágenes, vídeos y gifs y redactando cada uno de los puntos.
Tómate el tiempo necesario, ya que como has visto, son tu herramienta de venta principal.
Combina distintos contenidos
No hay nada más aburrido que una página en la que nos expliquen algo y todo sean bloques exactamente iguales de texto e imagen.
En la medida de lo posible, trata de añadir GIFs para mostrar interacciones, pequeños vídeos que muestren un user flow o el proceso de on-boarding, etc.
De esta forma podrás mover el proyecto en otras plataformas que te permitan ganar difusión más allá de tu página, como por ejemplo YouTube, Dribbble, Instagram… crea el contenido pensando también en esta posibilidad.
Si el proyecto lo permite, incluye diferentes tipos de imágenes y no utilices siempre el mismo tipo de captura exportado directamente de Sketch sin aportar contexto o mostrar ningún dispositivo.
Destaca lo importante
No te contaré nada nuevo si te digo que el usuario promedio escanea el contenido, no lo lee. Así que es una buena idea destacar fragmentos -como acabo de hacer- con negritas, cursivas, otros colores o utilizando un estilo de CSS distinto que simule un rotulador para subrayar.
Dale tu estilo
A estas alturas del partido ya te habrás dado cuenta de que hay muchísimos diseñadores y estudios de diseño dedicados prácticamente a las mismas disciplinas o tipos de clientes.
Esto no debería deprimirte, sino motivarte a encontrar tu voz… y cada case study es una buena oportunidad de comunicarlo.
Escribe los contenidos de modo que reflejen tu manera de ser y de pensar, que sean exactamente como tú eres. Deja de lado los fondos blancos, “lo que se supone que es correcto” y no utilices jergas y palabrería técnica si no estás habituado a usarlas (o no quieres hacerlo).
Conclusiones
En definitiva, un buen case study contesta a todas estas preguntas:
- ¿Qué problema querías resolver?
- ¿Cuál es tu rol en el proyecto?
- ¿Cómo es tu proceso de diseño?
- ¿Cómo se tomaron las decisiones? ¿Utilizando qué datos o información?
- ¿Cuáles fueron los requisitos y las limitaciones?
- ¿Cómo validaste la solución?
Si quieres ver más ejemplos de portfolios interesantes, visita Jeannie Huang y Timothy Achumba.
¿Te animas a escribir tus case studies? 🙂